Los científicos han descubierto una conexión entre la cantidad de grasa en el cuerpo a cierta edad y el inicio de la pubertad.
Imagina que estás en la escuela secundaria. Estás pasando el día, cuando de repente comienzas a notar cambios en ti mismo/a.
Tu voz comienza a quebrarse con más frecuencia y a hacerse más profunda. Estás creciendo más rápido y los pantalones que compraste hace unos meses ya te quedan pequeños. Tus músculos se sienten diferentes y estás más consciente de todos los que te rodean. Se siente extraño mirar a tus compañeros de clase. Tu corazón se acelera cuando alguien en particular pasa por tu lado en el pasillo.
Todos estos cambios físicos te hacen sentir cohibido/a. Pero encuentras consuelo al saber que no estás solo/a. ¡Muchos otros en la escuela, incluidos algunos de tus amigos, están pasando por lo mismo!
La pubertad puede ser un momento confuso para muchos de nosotros. (Crédito de la foto: Nicoleta Ionescu/Shutterstock)
La pubertad es un proceso que marca el comienzo de la madurez física. Pero los cambios en tu cuerpo no ocurren al azar, entonces ¿cómo sabe tu cuerpo cuándo es el momento de comenzar esta transformación hacia la adultez? ¿Qué desencadena una revolución tan significativa en nuestros cuerpos?
Presentando al equipo de jugadores
Todos los cambios que experimentas durante la pubertad son causados por hormonas, pequeñas moléculas producidas por órganos específicos en nuestros cuerpos. Estas moléculas viajan a través del torrente sanguíneo y se dirigen a procesos o áreas específicas para lograr efectos deseados. Por ejemplo, la adrenalina, una hormona producida por las glándulas suprarrenales, nos ayuda a responder a emergencias activando nuestra respuesta de «luchar o huir».
Las principales hormonas involucradas en la pubertad son el estrógeno y la testosterona, conocidas como hormonas sexuales. Son responsables de la quebradura de voz, los cambios en la forma del cuerpo y el crecimiento de vello adicional.
Tus órganos sexuales – los ovarios en las mujeres y los testículos en los hombres – producen y liberan las hormonas sexuales. Sin embargo, no lo hacen voluntariamente; el cerebro les envía la señal de producir hormonas.
El cerebro envía esta señal en forma de dos hormonas: la hormona luteinizante (LH) y la hormona estimulante del folículo (FSH). Ambas hormonas son producidas por la glándula pituitaria, una pequeña glándula en forma de jarra en el cerebro.
La glándula pituitaria tiene su propio comandante, el hipotálamo (una pequeña región encima de la glándula pituitaria), que produce la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Esta hormona viaja a la glándula pituitaria y le dice: «¡Oye, es hora de liberar LH y FSH!»
El eje HPG. Este eje controla principalmente la ejecución hormonal de la pubertad en nuestros cuerpos. Las flechas representan promoción o flujo positivo, mientras que las líneas punteadas representan inhibición.
Para asegurarse de que todo suceda en la secuencia correcta, el hipotálamo inicia el proceso de la pubertad liberando GnRH. Esto es seguido por la glándula pituitaria liberando LH y FSH, que finalmente conducen a la liberación de estrógeno y testosterona.
El eje hipotálamo-hipófisis-gonadal (HPG) es el conjunto de hormonas y sus glándulas de origen que regulan el desarrollo de nuestro cuerpo de manera dependiente del tiempo.
Los niños tienen niveles mínimos de hormonas sexuales. Solo después de los 8 años, el cuerpo comienza a producir más hormonas sexuales, lo que conduce a la pubertad. El hipotálamo tiene una lista de verificación para determinar cuándo iniciar la pubertad. Una vez que se cumplen ciertas señales en la lista de verificación, las moléculas de señalización informan al hipotálamo que la lista de verificación está completa. Cuando se han marcado todos los factores esenciales, comienza la pubertad.
Un factor importante en el inicio de la pubertad es la presencia de moléculas de grasa en el cuerpo. La pubertad causa el agrandamiento de los órganos y el desarrollo de tejidos, lo que requiere una «cantidad crítica» de moléculas de grasa. Por eso, la pubertad se alcanza típicamente después de los 8 años, ya que lleva varios años acumular suficientes moléculas de grasa y nutrientes para apoyar el crecimiento.
Si el porcentaje de moléculas de grasa de una persona supera la «cantidad crítica» antes de los 8 años, puede experimentar una pubertad temprana. El estilo de vida también juega un papel en la pubertad. Factores como la actividad física, la hidratación, la dieta y los niveles de estrés pueden influir en la percepción del hipotálamo sobre la preparación del cuerpo para la pubertad. El estrés más elevado y la menor actividad física pueden aumentar los niveles de azúcar y grasa en el cuerpo, lo que lleva al hipotálamo a creer que el cuerpo puede soportar el desarrollo reproductivo y, por lo tanto, iniciar la pubertad.