¿Podrían los insectos ser el futuro de la comida?

Los insectos son criaturas increíbles. Juegan un papel vital en la polinización, la descomposición e incluso pueden servir como una fuente confiable de alimento. Los seres humanos han estado consumiendo insectos durante siglos y pronto podrían convertirse en un artículo común en los estantes de los supermercados.

Los insectos a menudo son subestimados y menospreciados. A menudo los llamamos plagas o bichos espeluznantes, y nuestra reacción inicial al encontrarnos con un insecto suele ser matarlo o huir. Sin embargo, los insectos son esenciales por numerosas razones.

Uno de los roles más conocidos de los insectos es su contribución a la polinización, lo cual es crucial para la continuación de la vida tal como la conocemos. También desempeñan un papel crítico en la descomposición de la materia orgánica y enriquecen el suelo con nutrientes. Además, los insectos pueden ser utilizados como fuente de alimento, una práctica conocida como entomofagia (derivada de las palabras griegas «Ento» que significa insecto y «phagy» que significa comer). Muchos animales, incluyendo aves, arañas y otros insectos, son entomófagos.

Los insectos tienen el potencial de reemplazar la carne de res como fuente de proteína en nuestros sándwiches. (Crédito de la foto: CK Bangkok Photography/ Shutterstock)

Una breve historia de la entomofagia humana

La entomofagia humana, o la práctica de que los humanos coman insectos, ha sido prevalente desde tiempos antiguos. Se ha descubierto evidencia de hormigas, larvas de escarabajos, garrapatas y piojos en excrementos fosilizados en cuevas de México y Estados Unidos. Hoy en día, los insectos son criados, procesados, empaquetados y vendidos en mercados de varias regiones, países y culturas, como el África subsahariana, el sudeste asiático y América Latina. Los insectos son ampliamente disfrutados y pueden ayudar a abordar la escasez de alimentos en áreas rurales con opciones dietéticas limitadas.

El beondegi es un popular alimento callejero coreano hecho a base de pupas de gusano de seda. (Crédito de la foto: Instituto Nacional de la Lengua Coreana/Wikimedia Commons)

¿Podrían los insectos ser la solución a la creciente necesidad de alimentos?

Con el crecimiento de la población mundial y el aumento de las tasas de pobreza, la presión para proporcionar suficientes alimentos para todos se está volviendo inmensa. Sin embargo, nuestra dependencia de fuentes tradicionales de proteínas como la carne roja, el pescado y las aves de corral está poniendo una carga en nuestros recursos. Satisfacer las crecientes demandas, que se espera que se dupliquen para 2050, requiere criar grandes cantidades de ganado, lo cual actualmente ocupa el 70% de la tierra agrícola.

No solo el ganado tradicional contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la producción de amoníaco, sino que su estiércol también contamina las fuentes de agua. Estos desafíos requieren soluciones innovadoras, y una opción potencial es el uso de insectos.

Los insectos tienen una alta eficiencia de conversión de alimentos, lo que significa que requieren menos comida para convertirla en masa corporal en comparación con otras criaturas. Para producir 1 kg de proteína animal, el ganado necesita ser alimentado con 6 kg de proteína vegetal, mientras que los grillos solo requieren 1,7 kg de proteína vegetal para producir la misma cantidad de peso animal vivo. Además, se estima que los grillos tienen una tasa de digestibilidad del 80%, mientras que las gallinas, los cerdos y el ganado tienen tasas de solo el 55% y el 40%, respectivamente.

Los insectos también son menos selectivos en su dieta y requieren menos agua. Pueden alimentarse de desechos orgánicos, que incluyen subproductos de diversas industrias como la agricultura, la producción de alimentos y las bio-refinerías. Esto no solo convierte a los insectos en una posible fuente de alimento, sino que también ayuda a reducir los residuos orgánicos. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender el impacto de estas estrategias de alimentación en los insectos, así como los posibles riesgos de enfermedades y crecimiento microbiano.

Mealworms, un insecto comúnmente consumido, siendo fritos y condimentados. (Crédito de la foto: Pixabay)

¿Qué tan nutritivos son los insectos?

La composición nutricional de los insectos varía según la especie y su etapa de vida. Los insectos contienen cantidades significativas de fibra, proteínas y grasas. A pesar de su pequeño tamaño, los insectos tienen un alto contenido de proteínas, comparable al de la carne de res o pollo. Un estudio que evaluó el contenido de proteínas de 100 especies de insectos encontró valores que oscilan entre el 13% y el 77%.

Los insectos también son ricos en ácidos grasos mono y poliinsaturados, lo que los convierte en una fuente potencial de ácidos grasos omega-3 y omega-6. Algunos insectos son buenas fuentes de vitaminas, como el ácido pantoténico y la riboflavina, así como de otros micronutrientes esenciales como el cobre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, selenio y zinc.

¿Podemos consumir cualquier insecto que elijamos?

Así como no podemos consumir todos los vertebrados que nos encontramos, no podemos simplemente comer cualquier insecto que encontremos en el suelo. Algunos insectos producen toxinas que pueden ser dañinas para los humanos si se ingieren, mientras que otros pueden transmitir enfermedades o simplemente carecer de valor nutricional.

Se conocen aproximadamente 2000 especies de insectos comestibles para los humanos. Según la Lista Mundial de Insectos Comestibles de la Universidad de Wageningen, los escarabajos (Orden: Coleoptera) son los insectos más consumidos, seguidos de las orugas (Orden: Lepidoptera), hormigas, abejas y avispas (Orden: Hymenoptera), saltamontes y langostas (Orden: Orthoptera), y chinches verdaderas (Orden: Hemiptera), en ese orden.

Sin embargo, poder consumir un insecto no es suficiente. Debe ser factible criar el insecto utilizando los mismos estándares de saneamiento y salud empleados en la cría de ganado. Los beneficios nutricionales deben superar los costos asociados con la cría de insectos.

Drake sabe.

Resumen

Aunque la idea de consumir insectos puede resultar repulsiva para muchas personas en las naciones occidentalizadas, podría proporcionar una solución a la escasez de alimentos que enfrentan numerosas poblaciones en todo el mundo. Con las Naciones Unidas prediciendo que la población mundial alcanzará los 9 mil millones para el año 2050, es evidente que debemos reevaluar nuestra relación con la comida. Dadas las dificultades planteadas por el cambio climático y su impacto en la agricultura, la supervivencia de nuestra especie dependerá de enfoques innovadores, incluida la incorporación de insectos en nuestra dieta.

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