¿Pueden los animales percibir ilusiones ópticas?

Las ilusiones ópticas ocurren cuando el cerebro interpreta de manera incorrecta las señales visuales. ¡La investigación muestra que la mayoría de los animales pueden ver ilusiones al igual que los humanos!

A menudo creemos que nuestros ojos son los únicos responsables de nuestra visión. Si bien nuestros ojos nos ayudan a ver las cosas frente a nosotros, en realidad es nuestro cerebro el que nos ayuda a entender y dar sentido a lo que vemos.

Aunque nuestros ojos nos permiten ver, es nuestro cerebro el que interpreta la información visual (Crédito de la foto: Jolygon/Shutterstock)

El cerebro juega un papel crucial en la comprensión de los detalles sobre el tamaño de un objeto, la profundidad, la distancia y otros factores. En otras palabras, nos ayuda a «interpretar» lo que perciben nuestros ojos.

Desde el momento en que un bebé abre los ojos y comienza a percibir el mundo, su sistema visual comienza a recopilar información sobre el entorno. Comienza a aprender varias reglas que ayudan a comprender la información visual. Por ejemplo, sabemos instintivamente que los objetos parecen más pequeños cuando están lejos y más grandes cuando están cerca de nosotros. Es posible que no pensemos conscientemente en estas reglas, pero las utilizamos para dar sentido a nuestro entorno visual.

El cerebro interpreta los objetos más pequeños como si estuvieran más lejos, como la Torre Eiffel en esta imagen (Crédito de la foto: Sergey Novikov/Shutterstock)

Sin embargo, hay una desventaja en confiar en estas reglas o suposiciones generales sobre el mundo tal como lo percibimos. ¡Las ilusiones ópticas son evidencia de esto!

¿Qué son las ilusiones ópticas y por qué ocurren?

Las ilusiones ópticas son básicamente interpretaciones erróneas por parte del cerebro de lo que nuestros ojos ven. En otras palabras, el cerebro aplica sus suposiciones habituales basadas en experiencias pasadas sobre el mundo, lo que a veces puede resultar en errores en la percepción visual. Los objetos pueden parecer más grandes, más pequeños, más largos, más cortos, más oscuros o más claros de lo que realmente son debido a percepciones erróneas de nuestros cerebros.

La ilusión de Müller-Lyer

Por ejemplo, consideremos la famosa ilusión de Müller-Lyer, que consiste en dos líneas horizontales colocadas una al lado de la otra – una con flechas que apuntan hacia adentro y otra con flechas que apuntan hacia afuera.

La ilusión de Müller-Lyer nos hace percibir dos líneas iguales como desiguales (Crédito de la foto: Peter Hermes Furian/Shutterstock)

La ilusión de Ponzo y el triángulo Kanizsa

Aunque ambas líneas tienen la misma longitud, las percibimos como diferentes en longitud. Hay varias ilusiones geométricas bien estudiadas, como la ilusión de Ponzo y el triángulo Kanizsa, cada una de las cuales involucra un tipo diferente de error cometido por el cerebro.

Similar a la ilusión de Müller-Lyer, la ilusión de Ponzo lleva a un error en la percepción de la longitud de las líneas. El triángulo Kanizsa es un ejemplo de una ilusión causada por el cerebro «llenando» información inexistente. ¡Se percibe un triángulo que no existe en la imagen de fondo!

La ilusión del triángulo Kanizsa nos hace ver un triángulo que en realidad no está presente en el dibujo (Crédito de la foto: Yuriy Vlasenko/Shutterstock)

Las ilusiones ópticas ocurren porque el cerebro se basa en el contexto para entender la información visual recibida de los ojos. Sin embargo, las señales contextuales a veces pueden ser engañosas. Curiosamente, los estudios han demostrado que incluso si somos conscientes de la realidad detrás de una ilusión óptica, todavía la percibiremos, lo que indica que estos mecanismos cerebrales son automáticos y no pueden ser controlados por la conciencia consciente.

Uno podría preguntarse si los errores en el juicio de los objetos son exclusivos de los cerebros humanos o si todos los organismos cometen errores similares. Los animales también perciben ilusiones ópticas similares a los humanos, según estudios. Son entrenados en ilusiones ópticas conocidas y responden en consecuencia. Aves, loros, monos y peces perciben líneas con flechas hacia adentro como más cortas, al igual que los humanos. Las ilusiones geométricas parecen tener un efecto universal en diferentes tipos de animales. Sin embargo, se han observado algunas excepciones, lo que sugiere que la evolución puede haber causado que ciertos animales desarrollen sus sistemas visuales de manera diferente. Estos hallazgos muestran que los mecanismos detrás de las ilusiones ópticas son probablemente innatos y se basan en los roles evolutivos desempeñados por nuestro entorno. El sistema de procesamiento visual del cerebro es responsable tanto de leer letras y números difíciles como de cometer errores y percibir ilusiones, lo que nos hace únicos como humanos.

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