¿Deberían los gatos realmente consumir leche?

Cuando se trata de esta pregunta, la cultura popular está completamente equivocada. Los gatos adultos no deben consumir leche porque no pueden digerirla. Si bien los gatitos beben la leche de su madre, gradualmente pierden la capacidad de digerir la lactosa, un azúcar que se encuentra en la leche de vaca, a medida que crecen. Esto hace que los gatos sean intolerantes a la lactosa.

Casi todas las representaciones de un gato en los medios populares enfatizan su aparente amor por la leche. Se ha arraigado profundamente en nuestra sociedad, hasta el punto de que cuando la mayoría de nosotros encontramos un gato callejero o un gatito joven en las calles, instintivamente les ofrecemos un tazón de leche e intentamos establecer contacto y familiaridad haciendo sonidos como «psspsspss».

Pero alguna vez nos hemos detenido y contemplado si los gatos están destinados a consumir leche?

¿Qué consumen realmente los gatos?

Bueno… los gatos consumen leche. Todos los mamíferos del mundo obtienen nutrientes de la leche de su madre.

La única excepción a esto son los monotremas, como el ornitorrinco y el equidna. Estos mamíferos no dan a luz crías vivas y no tienen pezones. De hecho, ¡son los únicos mamíferos que ponen huevos!

Sin embargo, los gatos beben la leche de su propia madre, no la leche de otro mamífero. Dependien de la leche de su madre durante las primeras 12 semanas de su vida.

Un distinguido caballero se sienta y espera para beber su vaso de leche, acompañado, por supuesto, de pescado. (Crédito de la foto: -Lapina/Shutterstock)

A los gatos les gusta la leche, entonces, ¿por qué no podemos dársela durante toda su vida?

¿Por qué los gatos no pueden consumir leche?

La respuesta simple es que no es adecuada para ellos.

La mayoría de los mamíferos producen leche para sus crías. La leche contiene lactosa, un carbohidrato compuesto de galactosa y glucosa. La lactosa se descompone en estas unidades de monosacáridos a través de la digestión, que es facilitada por una enzima llamada lactasa.

Los gatos solo producen suficiente lactasa para digerir la leche cuando son jóvenes y dependen de la leche de su madre. A medida que crecen, su capacidad para digerir la lactosa y otros carbohidratos disminuye.

Los gatos son carnívoros obligados y han evolucionado para comer una dieta rica en proteínas, no una alta en carbohidratos.

Si los gatos consumen una dieta alta en carbohidratos, incluida la leche, pueden desarrollar niveles más altos de glucosa en su sangre. Los gatos no son eficientes convirtiendo la glucosa en glucógeno, lo que conlleva a un mayor riesgo de diabetes mellitus.

Esto significa que cuando los gatos consumen mucha leche, no pueden digerir eficientemente la lactosa, lo que resulta en intolerancia a la lactosa.

La intolerancia a la lactosa no es específica de los gatos; muchos mamíferos adultos, incluyendo a los humanos, experimentan esta condición.

Continuar proporcionando leche a los gatos con intolerancia a la lactosa puede empeorar los síntomas, como la diarrea.

Los gatos también tienen dificultades para procesar una dieta alta en grasas. Las grasas de la leche encontradas en los productos lácteos pueden agravar condiciones gastrointestinales, especialmente cuando el contenido de grasa es alto. También pueden ocurrir condiciones inflamatorias, como la inflamación del intestino y el colon.

Resumen

Los gatos deben consumir principalmente fuentes ricas en proteínas en su dieta, con grasas animales como los ácidos grasos Omega-3 del aceite de pescado siendo beneficiosos. Los ácidos grasos Omega-3 se pueden encontrar en verduras de hoja verde, huevos, pescado y mariscos. Aunque a los gatos les gusta la leche, se debe limitar o eliminar por completo de su dieta. La leche se puede considerar un premio alto en calorías y una fuente de Taurina, un aminoácido esencial importante para su salud. Sin embargo, la falta de Taurina puede llevar a problemas de salud y ceguera. La leche de vaca contiene algo de Taurina, pero se recomienda dar a los gatos ocasionalmente cuencos de leche o leche especialmente formulada para gatos en su lugar. El agua siempre es una opción mejor para sus necesidades de hidratación.

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